martes, 8 de marzo de 2011

MY FAIR LADY



Y por fin hemos llegado a la gran comedia musical de George Cukor, como podeis imaginar os hablo de su obra maestra “My Fair Lady”, una divertida película llena de atractivos números musicales que a día de hoy se han convertido en auténticos clásicos del género.
Se estrenó en 1964, y estuvo nominada a doce premios Oscar de los cuales obtuvo ocho. Entre otros a la mejor película, al mejor director para Cukor y al mejor actor protagonista para Rex Harrison. También el diseñador de decorados y vestuario Cecil Beaton recibió su bien merecida estatuilla. La adaptación del musical corrió a cargo de Alan Jay Lerner que contó con música de Frederick Loewe. La cinta también obtuvo varios Oscars menores: Por la banda sonora adaptada (André Previn), fotografía (Harry Stradling) y sonido (George Groves). No hubo premio para Audrey Hepburn, que encarnaba a la protagonista Eliza Doolittle, porque increíblemente no estaba nominada.

FICHA TÉCNICA: MI BELLA DAMA “My Fair Lady”
AÑO: 1964. DURACIÓN: 170 min. PAÍS: Estados Unidos.  
DIRECTOR: George Cukor.
GUIÓN: Alan Jay Lerner. MÚSICA:
Frederick Loewe. 
FOTOGRAFÍA: Harry Stradling Sr.
REPARTO: Audrey Hepburn, Rex Harrison, Stanley Holloway, Wilfrid Hyde-White, Gladys Cooper, Jeremy Breet, Theodore Bikel.
PRODUCTORA: Warner Bros. Productor: Jack L. Warner.  
GÉNERO: Musical. 

SINOPSIS: La película arranca en una lluviosa noche londinense de 1912. La sociedad adinerada de Londres sale del teatro, al que ha acudido para ver una representación de Fausto. Todos buscan taxi y se refugian de la lluvia bajo los soportales, donde también se cobijan los vendedores ambulantes, entre ellos está Eliza Doolittle, una pobre vendedora de flores que trata de evitar que sus ramilletes de violetas se estropeen con la lluvia.
Bajo estos soportales el profesor Henry Higgins, un experto lingüista, hace una apuesta con el coronel Hugh Pickering, por la cual se propone convertir a la pequeña florista en una dama de la alta sociedad. Para ello habrá de hacerle perder su acento cockney y sus maneras barriobajeras. Ambos acuerdan un plazo de seis meses para lograrlo, tras el cual la llevarán al baile de la embajada donde Eliza deberá pasar por una auténtica aristócrata. El coronel acepta la apuesta y Eliza se convierte en el conejillo de indias de Higgins, que jugará con ella cual Mefistófeles, haciéndola trabajar muy duro.


“My Fair Lady” está basada en la obra de teatro “Pigmalión” escrita en 1913 por George Bernard Shaw. Este musical se estrenó en Broadway en 1956 y desde entonces es probablemente una de las obras más representadas de todos los tiempos. La simbiosis entre la obra de Bernard Shaw y la de Cukor es tan completa que, en ocasiones, resulta difícil discernir lo que quiso contarnos cada uno de ellos.
George Bernard Shaw (1856-1950) fue escritor, dramaturgo, filósofo, filólogo, socialista y ante todo un espíritu burlón. Estaba convencido de que los miembros de la clase social alta y la aristocracia de la época eran completamente imbéciles. Shaw, al igual que otros escritores del momento, adoptó la táctica del socialismo Fabiano, que consiste en producir cambios sin generar ruptura. Esta corriente filosófica se inspiraba en el general Fabius Cunctator, llamado el lento o el que retrasa.
Con el paso de las décadas la tremenda separación de clases que dominaba el mundo en la época de Shaw ha ido reduciéndose hasta la relativa igualdad actual, aunque sigan quedando resabios como el famoso NOCD (not our class darling!) que todavía hoy corre por high class londinense. La tesis de Shaw en Pigmalion, al igual que en “My Fair Lady”, abunda en que la única diferencia entre unos y otros consiste en el idioma, el vocabulario, la ropa, la manera de andar y de moverse.

Cukor por su lado, también fue un crítico de esa sociedad, y así lo demostró en toda su obra. En “My Fair Lady” riza el rizo. Con su buen hacer consigue una crítica feroz acompañada de una sonrisa y de hermosos números musicales, no en vano las comedias de Cukor flotan dos metros por encima de la realidad (quizás por eso las llamamos comedias ligeras).
La credibilidad no es una prioridad del film que a menudo pone de manifiesto su origen teatral y su artificiosidad. El mundo de las apariencias interesaba especialmente a Cukor, se es lo que se parece y nada más demostrativo que la metamorfosis que sufre Eliza para demostrarlo. Cukor y Beaton consiguen crear un cuento encantador y delicioso lleno de espacios artificiales y de escenas multitudinarias minuciosas hasta la obsesión.
La escena de Ascot es buena prueba de ello, en un film de gran colorido, Beaton nos introduce en un mundo de blanco y negro, donde tan sólo el traje marrón del profesor desentona. Los maravillosos sombreros y tocados de las damas, entre estrafalarios y sofisticados, son un prodigio de imaginación. La luz difuminada, y la coreografía dan a la escena un aire de opereta. Todo el film está rodado con gran teatralidad, sin olvidar el inexcusable entreacto.



Audrey Hepburn está grandiosa en esta representación, pero me temo que a su pesar, ni siquiera caracterizada de pobre vendedora de violetas deja de parecer una princesa. Este es casi el único punto débil de la película.
Durante el proceso de transformación, Eliza se desdibuja, ya no es nadie, no existe, sólo es la portadora de sus propios sueños, y es el experimento de Higgins. El profesor no le atribuye mérito en el éxito, la considera un mero objeto. Los ejercicios de pronunciación de Eliza, el famoso: “La lluvia en Sevilla es una maravilla” (“The rain in Spain stays mainly on the plain”) son repetidos hasta el agotamiento por su alumna. La mantiene encerrada, raptada mientras dura la metamorfosis.
Una vez más la mujer es el centro del mundo de Cukor. Es delicada e inalcanzable, como las flores y los films de este director.
Audrey Hepburn recibió un millón de dólares por su trabajo pero fue Marni Nixon quien puso la voz en los números musicales.
El Oscar ese año recayó en Julie Andrews por “Mary Poppins”, precisamente Andrews era la actriz que había estrenado el papel de Eliza en Broadway, pero el productor se inclinó por Hepburn pensando en que tendría mayor gancho en taquilla. Las malas lenguas aseguran que si Andrews ganó la estatuilla ese año fue para compensarla por no interpretar a Eliza en “My fair Lady”.


Los secundarios en el reparto, ofrecen interpretaciones excelentes que ensalzan la calidad de la película. Destacaremos a Stanley Holloway como Alfred P. Doodlittle, el padre de Eliza.
El candidato elegido por Warner fue James Cagney pero declinó la oferta y el papel recayó en el actor que le daba vida en Broadway. Su interpretación de basurero moralista que trata de vender su hija a Higgins y acaba dando conferencias a los círculos puritanos de la ciudad es sencillamente genial. Cukor no pierde la ocasión de mostrarnos una vez más su habilidad como director de buenos actores y consigue sacarle todo el partido posible, tanto en la interpretación como la crítica añadida a una sociedad sin valores donde los modales están antes que la moral.


Por último hablaremos de Rex Harrison que nos obsequia con una interpretación excelente y llena de humor, no en vano “Sexy Rexy” (como le apodaban) ya había encarnado al profesor Henry Higgins en Broadway.
Aun así no fue el candidato elegido en primer lugar, se barajaron nombres como el de Cary Grant o el de Rock Hudson, pero fue Grant quien insistió ante Warner para que la elección final recayese en Harrison.
Su profesor Higgins es el gran defensor del inglés, canta “Why can’t the English” quejándose de la decadencia del idioma, entonando indignado: “de un idioma han hecho mil”. Lo cual me lleva a hablar de la importancia capital que el idioma desempeña en “My Fair Lady” ya que probablemente sea una de las películas que más pierden con el doblaje. La diferencia entre el excelente inglés de Harrison y el cockney, no se puede apreciar en la versión doblada, donde los acentos y el bizarro vocabulario cañí nada tienen que ver con los originales. Es más que recomendable ver la versión original.


Hagámonos cargo de que estamos ante la “madre de todas las comedias musicales” y por tanto, independientemente de los mensajes que autor y director quisieran transmitir, verla es un gran placer. Los alegres y vistosos números musicales, y las fabulosas interpretaciones no tienen desperdicio. Los diálogos son rápidos y brillantes, los personajes meticulosamente dirigidos y ese ambiente de ensueño que arropa todo el film, nos trasladan a un mundo de hadas, a un cuento de princesas donde todo es posible.
Adelante queridos cinéfilos, veamos esta comedia suspendida entre la realidad y el cuento y disfrutemos de ella.

45 comentarios:

  1. Pues la vi, hace ya tiempo, doblada al español. Noté, poco a poco, que realmente era una peli para ver especialmente en versión original. Así que tengo pendiente su revisión, pero esta vez recitando aquello de The rain in Spain...

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  2. Gracias por esta entrada Cristina, aprecio que entre tanto buen cine, el cine musical tenga presencia. Yo también la vi hace tiempo, y como Enrique, la pondré en pendientes de revisión.
    My Fair Lady se merece una entrada tanto como West Side Story, obra maestra de los musicales. Si te pudiera interesar, la comento en mi blog: http://billieyelcine.blogspot.com/, un saludo

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  3. Uno de mis musicales favoritos. La mejor puesta en escena de la filmografía de Cukor y un notable uso del color. Obra maestra en mi opinión.
    Felicidades por la entrada.
    Un saludo, camarada cinéfila.

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  4. Si no hubiese existido, tendría que haberse inventado. Me refiero a Audrey Hepburn. Como bien has dicho, está más adorable caracterizada de pobre que de señora de la alta sociedad.
    Hace mucho que vi la pelicula, pero ultimantente tengo muchas ganas de verla.

    Lo de Cary Grant era tremendo, creo que si él hubiese aceptado todos los papeles que le proponían, sólo habría peliculas portagonizadas por Cary Grant.
    Me estoy leyendo ahora "Conversaciones con Billy Wilder" y le ofreció el papel portagonista 4 veces, pero nunca accedió por miedo a salirse de su papel y perder el gancho...En palabras del propio Wilder era "puro oro".

    Muy buena entrada. Y muy acertada propuesta como su mejor comedia, aunque si es verdad que tengo que refrescarla en mi memoria.

    Un saludo.

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  5. @Enrique,
    En efecto, esta pelicula hay que verla en inglés a ser posible, y además conviene mentalizarse de hasta que punto, para ellos, la forma de hablar clasifica a la persona en uno u otro estrato social. Es un concepto que tienen tan arraigado que, desde España, nos cuesta un poco entender y hasta creer. Actores ingleses de renombre como el estupendo Michael Cane por ejemplo, tuvo que superar su acento cockney para hacerse un sitio en la pantalla.
    un saludo y gracias por tu comentario.

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  6. @ Billie
    Bienvenida a estos ciclos, gracias por tu comentario.Será un placer leer tu entrada de "West side story" otra de las obras maestras del musical. Tomo nota de tu enlace.
    Un saludo

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  7. @ Ricardo,
    En efecto en este film Cukor brilla por la escenografía, por los ambientes y por el color. Utiliza una iluminación difuminada que crea ese ambiente irreal de cuento de hadas. Las piezas musicales son como un "Kit-Kat" sobre la trama que se va desarrollando, la aplaza para retomarla de nuevo en un constante entrar y salir de la realidad. Sencillamente espléndido. Cukor concedió una entrevista a Erich Rohmer publicada en Cahier du Cinéma, en la que explica con detalle su forma de entender la iluminación y el color en el rodaje de sus películas, si te interesa puedo facilitarte la reseña exacta(está publicada en el francés original).Gracias por tu valoración,
    Un saludo

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  8. @Bruja Tuca
    Pués sí, estoy completamente de acuerdo contigo, Audrey Hepburn es un diamante y no precisamente en bruto. Impresiona conocer su biografía.Tuvo una infancia terrible fruto de la brutalidad de la segunda guerra mundial. Se dice que fue una gran persona, y cuando se retiró dedicó su tiempo a misiones humanitarias. Nada de todo esto se podría adivinar al ver esa encantadora sonrisa suya, tan luminosa y llena de inocencia.
    En cuanto a Cary Grant,tienes toda la razon, y con respecto al ofrecimiento que le hizo Warner para protagonizar "My Fair Lady", no se anduvo con chiquitas, y le contesto al gran magnate que si no le daba el papel Harrison, él ni siquiera se molestaría en ver el film.
    änimate a vover a ver la película que no tiene desperdicio.
    Un saludo

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  9. Un gran musical. Es elegante y su puesta en escena es magistral. El único pero que le pongo a esta gran peli es que es un musical, y a mí me cansan mucho los musicales; debe ser que les cogí manía de cuando era un niño... no los aguantaba... ahora veo algunos y esa manía se fue difuminando; de hecho, ahora, hay musicales que hasta me gustan, pero son los menos... una manía como otra cualquiera, como la voz en off de la que ya os había hablado, Cris ;) Un saludo y un muy buen post. Ciao.

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  10. A mi como a Javi también me falta esa sensibilidad especial necesaria para disfrutar de los musicales clásicos, de los cuales "My fair lady" es el auténtico paradigma.

    Sin embargo he disfrutado más de lo previsto con la película. Indudablemente la trama es divertida y tiene su puntito subversivo. La puesta en escena y la fotografía son excelentes con una marvillosa utilización del color, el atrezzo y el vestuario.
    Nada que objetar a las interpretaciones: Audrey llega a sus máximas cotas de divinidad, belleza y delicadeza igualando a las alcanzadas en "Vacaciones en Roma", "Desayuno con diamantes" o en "Sabrina".
    Rex Harrison lo borda en su papel de misógino beligerante y freak de la fonética, está francamente divertido.
    Los secundarios desde el padre de Eliza, pasando por el coronel o la propia ama de llaves también están geniales.

    La única pega que le encuentro al film, es algo inherente a todos los musicales, y es que los propios números musicales me cortan en exceso el ritmo y la evolución de la trama.
    Creo que mi valoración sería muy diferente si estos números estuviesen interpretados con otras músicas, más afines a mis gustos personales como el jazz, el rock o el soul.

    Pero bueno, uno de los objetivos comunes que tenemos Cris y yo con nuestros "Ciclos de Cine" es completar nuestras carencias cinematográficas y educar nuestro paladar.
    Así que seguiremos adelante y aunque me cueste un poquito profundizaré en este género.

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  11. Ya solo por la excelente calidad musical que hay en esta película ya merece la pena revisarla miles y miles de veces. Si esto no fuera poco tenemos también a Rex Harrison y Audrey Hepburn. Maravillosa.

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  12. LO CONFIESO, Y PIDO PERDÓN, no he visto esta
    plícula, a pesar de gustarme mucho Audrey, pero
    no soporto los musicales, no sé cómo explicarlo
    me parece algo irreal, de repente.... una historia y los actores sé ponen a cantar, me ataca los nérvios, seguro qué es una obra maestra, pero con todo el cine que tengo, por revisar, no voy a ver My Fair Lady y seguro que
    me pierdo algo bueno, pero no lo hare.
    me rei mucho con MUJERES, sobre todo la escena
    en que practican ejercicios, muy buena, buenisima.
    Saludos.

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  13. ¿Te puedes creer que aún no la he visto?

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  14. @Javi,
    Has dado en el clavo, la controversia está servida cuando se trata de un musical. Los admiradores del género la disfrutan sin más, pero para los que no lo son la cosa se complica. Pueden optar por no verla, o por verla poco convencidos. La segunda opción condiciona mucho ya que en realidad no disfrutan de la calidad del film, sesgados como están por sus reservas. El caso probablemente sea, como siempre en la vida, cuestión de ir haciendo paladar hasta valorarlos en su justa medida. Yo también recuerdo los comentarios de mi padre hablando del musical como: la payasada americana, y cosas por el estilo. En cualquier caso recuerdo que antes las canciones no se traducían con lo que el españolito de a pie como yo, perdía partes importantes del diálogo(cantado), además de que era aburridísimo. Ahora que están traducidos mejora sensiblemente la situación.Insisto además que entre verla en versión inglesa y española hay una diferencia brutal. La película adquiere un tono más coherente, tanto en las interpretaciones como en la adptación de las melodías en versión original que la doblada. Gracias por tu comentario siempre es un placer conocer tu opinión,
    un saludo

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  15. @Marcus
    David comentaba que la pega es que la trama se ve interrumpida por los números musicales, me gustaría saber si tienes esa misma opinión, ¿o quizás la contraria? Ese parece ser un punto en el que coinciden la mayoría de los no amantes del género.
    Gracias por tu comentario
    un saludo

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  16. @Susan Lenox
    Me parece que tu opinión es mayoritaria entre el público español, y probablemente entre todo aquel que no sea anglófono. Seguir los musicales no es tarea tan sencilla como hacerlo con otros géneros. Hay otros géneros que también son controvertidos, recuerdo que cuando estrenamos western, más de un opinión iba en ese sentido, sobre todo por la pega que supone que se los indentifique con la matanza de los pobres indios.
    Cukor disfrutó haciendo Mujercitas, una peli sin hombres y en venganza por el desplante que le hicieron en "lo que el viento.....". La escena que comentas es de las más divertidas.
    Un saludo

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  17. @Ibán
    Bienvenido a ciclos de cine,tus comentarios serán bien recidos. Espero que tengas ocasión de ver My Fair Lady y que nos cuentes tu opinión.
    Un saludo.

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  18. My Fair Lady. Tres palabras que me suenan a música celestial. Adoro esta película, no sé si se nota. Junto a otras obras selectas, la revisiono todos los años. Un musical singular; un musical inglés del West End a más no poder. Aquí no hay aires de Broadway, ni de Cole Porter, ni de Gershwin, ni del vodevil, ni pasos de claqué (tan maravillosos ellos también). Están presente Londres, Bernard Shaw (el mito de Pigmalión), Oscar Wilde (las carreras en Ascot, todas las secuencias en que aparece la madre de Higgins), Sherlock Holmes (la resolución del “caso” por método, la relación Higgins/Holmes-Pickering/Dr. Watson), etc… ¡Y todo ello rodado en estudio! Fijaros, además, que aun habiendo coreografía, no hay escenas de baile propiamente dichas. Después de todo, no dirige Stanley Donen, dirige George Cukor. Sí hay, en cambio, música, música celestial: una de las mejores partituras (y canciones) de la historia del cine.

    En fin, ¡qué más puedo decir! Pues, ¡ojo a lo que voy a decir! La Hepburn está deliciosa, cierto es. Pero, aquí la “voz cantante” la lleva el gran Rex Harrison. ¡Qué interpretación más portentosa!
    Salucines

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  19. Esperabamos impacientes tu valoración de la película Fernando, como ya sabes yo te tengo por el auténtico paladín del género y sabía que ibas a aportar clarividencia y elocuencia en tus argumentos.
    Seguro que tus entusiastas palabras y la gran entrada de Cristina sirven para que los dubitativos le den una oportunidad a los encantos de la cinta.
    Un saludo, Cristina te dará feedback como buena anfitriona de la entrada.

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  20. ¡Qué buena entrada Crisitna! Os superáis día a día.
    Me encanta la película, me gustan los musicales cuando son buenos, y este es excelso. Me gustaban incluso cuando los veía en la tele con las canciones sin subtitular, pero es que hay números que los puedo ver ellos solos, sin el antes y el después, gozándolos en sí mismos.

    Como podéis comprender para mí los números musicales no entorpecen la narración, sino que, si están bien hechos, la refuerzan, como aquí ocurre.
    No sé por qué se es tan amante de las narraciones lineales y sin embargo se acostumbra a denostar una película cuando tiene "aire teatral" El teatro suele ser lineal, el cine no tiene por qué serlo, es más creo que cuando no lo es es más cine. Y el musical permite precisamente narrar con dos lenguajes distintos, el más naturalista y el absolutamente imaginativo que representan los números. Una y otra narración se complementan, se refuerzan, y juntas, o sucesivas, conforman un significado de lo narrado completamente nuevo.

    Como muy bien decís My fair Lady es un cuento de hadas con mucha mala leche. Sin la parte musical se esfumaría el cuento.

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  21. @Fernando.
    Tus comentarios además de interesantes y lúcidos aportan un nuevo enfoque del film. El paralelismo que estableces entre Higgins/Holmes Pickerin/Dr. Watson es genial. Además de las similitudes que has comentado, también lo son el hogar de Higgins /Holmes que sirve de “laboratorio, la presencia del amigo-colega compartiendo vivienda, el ama de llaves replicona y por supuesto ese aire tan inglés. Hay que hacer un esfuerzo de abstracción para darse cuenta de que en efecto fue rodado en estudio y por un director americano. Cukor decía que cuando tenía que rodar en un entorno acudía antes al lugar para mirarlo todo con nuevos ojos, incluso si ya lo conocía. Quería ser como el turista que capta los detalles por vez primera. Esto unido a su obsesión por los detalles dio el resultado espléndido de la ambientación del film. Un detalle que me parece simpático el film son todos esos instrumentos científicos que utiliza para medir, evaluar grabar y corregir la dicción de su alumna. Véase la vela que tiembla si pronuncia mal, el gramófono grabador….en fin toda una sala de máquinas. También Colmes tenía sus “inventos” además de una mente prodigiosa.
    En cuanto a Oscar Wilde y el personaje de la madre, te diré que (como dice mi hija pequeña): “de todos los personajes yo soy la madre”
    Y desde luego Sexy Rexy es la auténtica estrella de la cinta.
    Un saludo

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  22. Ayer leimos en un libro de curiosidades cinematográficas que circula por casa, que tras el rodaje Rex Harrison le tomo tal cariño al sombrero que llevaba en la película que se convirtió en una prenda habitual de su vestuario. De hecho el modelo pasó a llamarse sombrero Higgins.

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  23. @GCPG
    Gracias por tu comentario, veo que eres un auténtico gourmet del musical. Y como bien dices este es de los que merecen la pena. Las melodías están para ensalzar la obra y darle coherencia y ese aire mágico.
    Carl Dreyer decía: “La diferencia entre el teatro y el cine viene dada por la diferencia entre representar y ser”.
    En una crítica publicada en los cahiers du cinéma comentaban que la obra de Cukor está a caballo entre el teatro filmado y el cine teatralizado. Cukor, se interesa por la idea de la teatralidad pura, de una teatralidad más intima, no por aquella que refleja el mundo del espectáculo, el de las luces centelleantes.
    En My fair Lady, el mundo real está representado por los diálogos hablados, mientras que el de cuento de hadas lo está por las melodías. Ambos mundos se cruzan y Eliza está en la intersección. Eliza es el personaje que encarna la más dura realidad, pero cuando llega el final de la película, en esa escena en casa de la Sra Higgins, ha dejado de ser un personaje para convertirse en una persona, ha pasado de ser una violetera real a ser la reina de un cuento de hadas. Y por paradójico que parezca, cuando es reina la ficción desaparece y solo queda el mundo real. La realidad y la ficción se entremezclan como solo lo puede permitir el espectáculo. Para Cukor este era un medio privilegiado, donde se podía vivir más intensamente porque se pasa más fácilmente de un estado a otro, ya sea de realidad a ficción o del drama a la comedia.
    Un saludo

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  24. Resulta que es una Eliza muda la que recibe inicialmente la aprobación de la reina de Transilvania. Su belleza y su porte atraen al principe. Todavia Eliza no ha dicho ni una palabre. Sólo después cuando baila con el cotilla experto en acentos, pasa la prueba definitiva. Por cierto que la carcajada de Harrison en pleno baile finolis no parece desentonar a pesar de lo exagerada y estridente!

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  25. Desde un punto de vista puramente estéticista destacan dos momentos de la película. Donde la música, el vestuario, los movimientos de los actores, la armonía y la elegancia de los colores y esas coreografías, que como bien dice Fernando no son coreografías de baile al uso.

    El baile de salón, donde tenemos a una Audrey exquisita con su porte, sus joyas, su elegante vestido y su peinado. No es de extrañar que llame la atención de todos y no sólo por ser una novedad en su presentación en sociedad.

    Las carreras en Ascot, una maravilla, sin lugar a dudas mi momento favorito de la película.
    Toda la secuencia destila belleza, armonía y elegancia. Al final los gritos de Eliza (también divinamente vestida) actúan como contrapunto realista (y divertido) a tanta belleza más propia de los cuentos de princesas.

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  26. No puedo añadir ni una coma, pues estoy de acuerdo hasta en que la Hepburn parece una princesa vendiendo flores. No sé si la Andrews, sin embargo hubiera estado tan sensacional como la Hepburn en la recepción y escena del baile. Ahí es donde apreciamos el porte aristocrático que tenía la Hepburn, y eso es inimitable, y me temo que impagable.


    Gracias por esta entrada!!!

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  27. @Cinexim
    Yo también he estado pensando en como habría resultado la película con Andrews en lugar de Hepburn. Posiblemente Andrews habría sido una violetera más acorde con el personaje. Sin embargo para interpretar a la princesa, creo que nadie podría superar a Audrey Hepburn. El oscar a la mejor actriz estuvo muy reñido ese año, y no me extraña, pero yo hubiese votado por Hepburn (que ni siquiera fue nominada).
    Gracias por participar.
    Un saludo

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  28. Cristina, esos instrumentos de los que hablas para evaluar la dicción y demás van acordes con el Espíritu británico de invenciones varias en la época de la revolución industrial :)

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  29. Yo por desgracia no se ingles, por eso no puedo verla en versión original, pero cuando la vi, me encanto y espero poder verla otra vez para apreciar todos los matices que haceis en vuestros comentarios.
    Para mi gusto, Audrey Hepburn es una de mis actrices preferidas.

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  30. @Javi.
    ¡Muy bien esa contextualización, no había caído!
    un saludo

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  31. Audrey se sintió muy decepcionada al enterarse de que no pondría su voz a los números musicales, se había preparado para hacerlo y tenía la voz adecuada. Warner solo le permitió cantar dos melodías que fueron "Wouldn't it be loverly" y "Show me".
    Hasta ahoro hemos hablado del mito de Pigmalión en el que se inspiró Shaw para su obra, pero podemos referirnos a otro más cercano y que se adapta perfectamente y es el de la Cenicienta, por supuesto, y así volvemos al cuento de hadas!
    Un saludo camaradas cinéfilos!

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  32. Me ha encantado volver a ver esta película. La música es estupenda, además hay muchas versiones y muchos de los temas se han quedado como clásicos del jazz. Frank Sinatra tiene unas estupendas versiones de "I've could have dance all night" y de "Get me to the church". Me encnta Audrey Hepburn aquí, está maravillosa y forma una pareja excepcional con el absolutamente genial Rex Harrison. Me gustaría destacar el estupendo papel que realiza Stanley Holloway como el padre de Eliza. Nunca me cansaría de ver esta película. Saludos!

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  33. @Marcos Callau
    Esta película es evidente que desata pasiones. Incluso los no adeptos al género la admiran. Estoy de acuerdo contigo en el papel del padre de Eliza, es un personaje divertido y con una moral "envidiable" interpretado a la perfección por Stanley Holloway. La escena en que trata de vender a su hija y sacar unos cuartos para vino al profesor Higgins, tiene unos diálogos agudísimos, al igual que su discurso del final cuando explica lo desgraciado que es por tener tanto dinero.
    Buscaré esas versiones de Sinatra.
    Como siempre es un placer tenerte por aquí.
    Un saludo.

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  34. Me gusta mucho esta película, pero no la veo como la madre de todas las comedias musicales. Rex Harrison (es una manía personal) no suelo tragarlo, menos mal que está Audrey siempre adorable. Sin embargo, centrándonos en la historia, es más creible por ejemplo Wendy Hiller (espléndida el el Pigmalión de Asquith)como paleta que la mujer gacela.
    Saludos!

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  35. Hola, yo también apuesto por el musical, ya que se disfruta de la estrecha relación del maestro Harrison y la alumna Hepburn, a pesar de ser una adaptación del argumento de "Pigmalión" al género musical.

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  36. @Ethan
    Desde luego eso de tener manía personal a algún actor lo entiendo perfectamente, a mí me pasa con Tony Curtis, no me gusta, ni ahora ni de pequeña cuando veía las pelis en las que actuaba. Revisamos en este blog “los Vikingos“ de Richard Fleischer (1958), donde reconozco que desarrolla bien su papel, pero da igual, no me gusta.
    En el Pigmalión de Asquitz de 1938, actuaba como protagonista masculino y como codirector, Leslie Howard, y me llama la atención porque le veo parecido físico con Rex Harrrison! En fin Wendy Hiller está espléndida en su papel y como dices puede que también más creíble, pero la Hepburn tiene esa magia insuperable.
    Un saludo

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  37. @ Emilio J. Pazos Brenlla
    Bienvenido a este blog, encantados de recibir tus comentarios y de que hayas disfrutado con este musical.
    Un saludo

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  38. MY FAIR LADY ofrece un marco de riquísimas referencias a muchos aspectos socio-económico-culturales del Londres del primer tercio del siglo XX. Las diferencias sociales, la educación popular, las relaciones de género, la afirmación feminista,... Realmente, esta obra contribuye a una lectura más consciente de la agonía de un pasado cultural y social que ve derrumbados sus soportes por un ascenso democratizador de participación activa del pueblo de todas las clases sociales en las relaciones humanas, endulzado este planteamiento con un gran fresco musical cinematográfico.

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  39. @Toni Cordero
    Bienvenido Toni, ya echábamos de menos tus oportunos comentarios.
    Respecto al contexto social que queda plasmado en la película, te diré que siempre me pareció durísima la primera escena, cuando los vendedores ambulantes tratan de ganarse unos cuartos bajo la lluvia londinense, y el desdén con que son tratados por esos ricachones emperifollado. Que diferentes son las condiciones de vida de unos y otros, van de la opulencia al desamparo, y por muy adornados que estén con cantos y bailes, no dejan de estar tremnendamente presentes. Como tu bien dices, está endulzado para que se trague mejor.
    Un saludo compañero.

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  40. Esta película la vi en su estreno en salas y la disfruté enormemente.
    Después la volví a ver tantas veces que hasta llegué aprenderme los diálogos de memoria.
    El cine musical me encanta y los colecciono en DVD.

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  41. Tengo el CD de la versión Broadway con Julie Andrews, sencillamente genial.
    Cuando el estreno salió la versión española en vinilo, era complicado encontrar la original.
    De Stanley Holloway tengo además el CD de "The Mikado" con Groucho Marx de verdugo y Holloway como Pooba (un personaje muy curioso que acumulaba cargos).

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  42. Hola, ante todo... muy chulo vuestro blog!

    Os quería hacer una pregunta por si me pudierais ayudar: somos un Taller de Cocina Creativa y estamos preparando un homenaje gastronómico por el 20 aniversario de la muerte de Audrey Hepburn... vamos a recrear diversos platos de sus peliculas...

    Me gustaría sabe si podéis confirmarme si "My Fair Lady" está ambientada en la época victoriana ya que vamos a recrear la ensalada que aparece comiendo el profesor.
    Podéis escribirme aqui: ramirostaller@gmail.com

    Muchas gracias!
    ( Fran Merayo -Ramiros Taller de Cocina http://ramirostaller.blogspot.com.es/ )

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  43. Y cómo se juega con la ironía, pues Higgins- insuperable Rex Harrison- que pretende introducir a su "Galatea"- y conejillo de indias- en la Alta sociedad es un antisocial de tomo y lomo. Pues cuando se presenta en Ascot ignorando las reglas de protocolo para tal evento, aparece vestido como lo hace habitualmente y encima dibuja una maliciosa sonrisa en su rostro cuando Eliza (impagable Audrey) mete la pata con aquello de "¡¡Mueve ese cochino culo!!" pues Higgins detesta en realidad esos ambientes en los que se desenvuelve su madre, quien no le soporta y acaba poniendose del lado de la chica claramente. Obra de Arte del genio Cukor. Para poder verla siempre, una y otra vez, porque es tan buena...

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  44. ME ENCANTAN LOS MUSICALES Y DISFRUTE MUCHISIMO CON ESTA PELICULA, esta y Melodias de Broadway son mis favoritas, aunque hay un monton que no desmerecen, Cantando bajo la Lluvia y otras. Perfecto tu blog para adquirir conocimientos sobre peliculas que a veces pasan desapercibidos. Gracias por compartir tus conocimientos.

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