miércoles, 25 de mayo de 2011

LA DAMA DE SHANGHAI



Lanzarse a ver “La dama de Shanghai” (1948) es toda una aventura cinematográfica. En ella el gran Orson Welles mezcla ingredientes propios y ajenos, para acabar componiendo un film que atrapa al espectador desde sus escenas iniciales. Sus diálogos excepcionales nos arrastrarán por un universo de intrigas y perdición.
Encuadrada dentro del cine negro e intriga, introduce, un tratamiento de los temas morales y de las obsesiones propias de la ética wellesiana, haciendo especial énfasis sobre la libertad del individuo para elegir entre el bien y el mal. La trama policíaca es la excusa perfecta para desarrollar su simbolismo moral y analizar los comportamientos humanos. “La dama de Shanghai” es considerada por muchos la antesala de la magnífica “Sed de mal” (1957).

FICHA TÉCNICA: LA DAMA DE SHANGHAI “The Lady from Shanghai”
AÑO: 1947. DURACIÓN: 87 min. PAÍS: Estados Unidos.
DIRECTOR: Orson Welles.
GUIÓN: Orson Welles. MÚSICA: Heinz Roemheld.
FOTOGRAFÍA: Charles Lawton Jr. (B&N).  
REPARTO: Orson Welles, Rita Hayworth, Everett Sloane, Glenn Anders, Ted de Corsia, Erskine Sandford, Carl Frank, Gus Schilling.
PRODUCTORA: Columbia Pictures. Productor: Harry Cohn, Orson Welles.  
GÉNERO: Film Noir. Intriga.


SINOPSIS: Michael O’Hara es un marinero irlandés que durante una estancia en New York conoce fortuitamente a Elsa Bannister, una bella y misteriosa mujer de la que queda prendado. Elsa convence a su marido Arthur Bannister, un afamado y rico abogado criminalista, para que contrate a Michael como contramaestre en su yate durante un crucero de placer por el golfo de México.
Allí O’Hara se verá envuelto en horribles y oscuras las intrigas criminales.

EL RODAJE
La película está basada en la novela policíaca de Sherwood King “If I die befote I wake”, para la que Welles escribió una adaptación de sólo 15 páginas. La Columbia accedió en confiar la dirección a Orson Welles, un director por aquel entonces con fama de díscolo y poco rentable, ante la insistencia de Rita Hayworth, su mujer en ese momento, y por las garantías que Sam Spiegel ofrecía de él. Además La Columbia creyó que la adaptación al cine de la novela de Sherwood, policíaca y comercial, conseguiría limitar la fantasía de Welles.


Pero por supuesto, nada más lejos de la verdad. Welles empezó por hacer que Hayworth se cortara su vistosa melena pelirroja en presencia de la prensa, y se la tiñese de rubio. Con lo que consiguió que los preparativos de la película estuviesen rodeados de escandalosa publicidad.
Después partieron hacia Acapulco (México), donde se rodaría buena parte del film. Welles alquiló el Zaca, el famoso yate de Errol Flynn que el actor tripulaba personalmente, para rodar las escenas marítimas. Aprovechando tal coyuntura para disfrutar de un estupendo crucero de siete semanas por el golfo de Méjico. Mientras tanto la Columbia no tuvo noticias del equipo, e iba pagando las elevadas facturas que le llegaban.
No menos onerosos resultaron los preparativos del rodaje en tierra, donde Welles hizo trasladar un poblado indígena entero a otro emplazamiento más adecuado para el rodaje. Los habitantes quedaron tan encantados con el cambio que nunca volvieron al antiguo enclave.
Mientras tanto la Columbia seguía pagando las facturas, de la que a priori habría de ser una producción barata.
El film se completó con el rodaje de escenas en las calles de San Francisco y en los estudios de la Columbia. Cuando por fin el rodaje acabó, Harry Cohn quedó aterrado por el resultado de los rollos, y ofreció mil dólares a quien pudiera explicarle la historia. ¡Más tarde Welles confesó que él tampoco hubiera podido hacerlo! 



Orson escribió, protagonizó y dirigió La Dama de Shanghai”, pero Harry Cohn (director de producción y mandamás de la Columbia) no le permitió montarla, por lo que el resultado final nunca satisfizo al genio.

UNA PELÍCULA DE CINE NEGRO
El film destila negrura por los cuatro costados, tanto en su argumento como por el tratamiento de los personajes. Sin embargo, sus poderosas imágenes representan la gran innovación que Welles aportó con esta película al género.
Michael O´Hara (Orson Welles) es a la vez la voz en off que nos relatará su propia historia: “…la de un imbécil que cuando empieza a hacer el imbécil nada en el mundo le puede detener”.
Todo el film se desarrolla en un ambiente opresivo, una pesadilla fatalista de principio a fin, que mantiene al espectador en una tensión in crescendo que culmina con la famosa escena de los espejos. Magnífica visualmente y toda una metáfora del papel de los protagonistas durante la historia. El marinero que cae por el tobogán sin control, tal y como ha sido arrastrado por los acontecimientos en la historia, y las mil caras del Sr. y la Sra. Bannister (Everett Horton y Rita Hayworth), reflejados en los espejos en el momento en el que se atacan mutuamente cual tiburones presas de un delirio de sangre y destrucción.



El protagonista interpretado espléndidamente, con sobriedad y tensión contenidas por Orson Welles, es el héroe acorralado, manipulado y en busca la verdad. Toda la trama gira entorno a la mujer fatal: Rita Hayworth da vida a Elsa Bannister, una mujer sensual y manipuladora, que maneja al héroe a su antojo para arrastrarle con su maraña de engaños hacia la perdición.
O’Hara siente una atracción fatal por la misteriosa Elsa y se enamora de ella desde su primer encuentro, incapaz de resistirse a su poderoso influjo al pasar junto a él en su coche de caballos.


La voz en off nos irá guiando por los entresijos de los sentimientos de O’Hara, y culminará con la frase final de la película: “Muerta, tengo ahora que intentar olvidarla. Mi inocencia es clara como la luz del día….pero inocente o culpable, eso no significa nada, lo esencial es saber envejecer”.
La película fue un éxito de crítica, pero no de público, y es que el espectador de la época no estaba preparado para ver como el héroe abandona a la mujer fatal agonizante, mientras ella le suplica que no la deje sola.
André Bazin apunta un aspecto interesante sobre el tratamiento de la mujer en esta película, señalando que Rita Hayworth fue una de las primeras víctimas de la misoginia en el mundo del cine, y tras este papel permanece como su “más gloriosa mártir”.


Excelente en su interpretación, Everett Sloane nos retrata al Sr. Arthur Bannister, un hombre retorcido, resentido, invalidado por unas piernas que no le sujetan y que se ve obligado a desplazarse con gran dificultad con la ayuda de unas muletas, es un abogado de éxito, que nunca a perdido un caso.
Otro personaje secundario, es Glenn Anders que da la medida en su interpretación del Sr. Grisby, un abogado socio del Sr. Bannister, sudoroso, sibilino, falso y resentido.


Orson Welles demuestra una vez más su genialidad para la puesta en escena, en esta película filmada en blanco y negro y que va mecida por la música de Heinz Roemheld y la fotografía de Charles Lawton Jr. Ambos colaborarán en la consecución de la atmósfera turbia y tensa por la que los protagonistas bullen y se estremecen.



Son muchas las escenas que merecen ser comentadas en profundidad, tanto por los magníficos diálogos como por las imágenes y las tomas, de forma que invito a todos nuestros amigos cinéfilos a explayarse en el cine fórum que inmediatamente queda abierto para tal fin.
Un saludo.

35 comentarios:

  1. Hola!!!

    A mi, yo confieso, siempre me ha fascinado la "escena de los espejos", ya no sólo por su gran fuerza visual o su efectismo, sino porque es útil,precisa y muy simbólica. Todavía hoy influye en directores, fotógrafos,estilistas...

    Gran entrada y gran análisis!!

    saludos!

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  2. "La dama de Shanghai" es un filme imperfecto aunque fascinante. Su conjunto queda algo lastrado por el destrozo que sufrió en la sala de montaje, lo que hace que la trama sea, en ocasiones, bastante farragosa. Sin embargo, contiene algunos de los momentos de mayor fuerza de toda la filmografía wellesiana (las secuencias que transcurren en el acuario, el teatro chino, la casa de los locos, la sala de los espejos...). A pesar de sus cicatrices, el genio de su director consiguió casi una obra maestra.
    Te felicito por la estupenda entrada, camarada.
    Un abrazo.

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  3. La escena de los espejos es inolvidable. Yo también creo que no es una peli redonda, pero tiene una fuerza muy propia de Welles. Muy buena entrada, Cris. Un saludo.

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  4. Perdona, Cristina, no sabía que el camarada David estaba siendo reservado para la final de Wembley :). Te felicito a ti por la entrada.
    Un saludo.

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  5. Ojalá la pudiera comentar, pero soy lamentable, la tengo en pendientes desde hace tiempo asi que tomo buena nota y me pongo a ello!. Gracias Cristina, un abrazo

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  6. Cuando entro en este blog tengo que consultar primero para ver a quien tengo que felicitar o pegarle un cachete.
    En este caso eres tú, Cristina, quien se lleva la felicitación.
    En fin, sé que la novela en la que está basada esta peli está publicada en español, porque yo la leí muchísimo antes de poder ver la película. Durante su lectura se me quedó grabada la escena del tobogán y esa era la que esperaba en la peli....sin embargo fueron otras muchas imágenes del film de Welles las que me llamaron la atención, en especial, y en eso coincideremos todos los cinéfilos es en la magistral escena de los espejos, a la que el maestro Allen dió cumplido homenaje en "Misterioso asesinato en Manhattan"

    Qué decir de la peli....pues sí, no es una obra redonda aunque probablemente no haya que echarle la culpa a Welles.
    Un abrazote.

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  7. Un fascinante Welles el que tenemos el placer de descubrir en "La dama de Shangai". Convertir a su esposa en rubia platino fue un acierto para librarla de todo ese aspecto latino que arrastraba desde "Gilda". Solo un genio puede facturar una obra maestra como esta.

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  8. ¡Qué delicia leer y comentar sobre "La dama de Shanghai" de Orson Welles! Tienes mucha razón, Cristina, en calificar la película como un "film negro" por los cuatro costados. Pero es que en este caso comprobamos algo fundamental: la verdadera innovación y la creación artística no se realizan desde la destrucción —ni desde la "deconstrucción"— de géneros, sino desde el más respetuoso ajustamiento al género sobre el que uno trabaja. Con respecto al "noir" de Welles, esto ocurre en esta película y también, para más señas, en "Sed de mal". He aquí, por cierto, una de las explicaciones de la superioridad notoria del cine clásico americano frente al resto de cinematografías.

    Orson Welles es un genio no porque cree desde la nada. Su labor de creación es, en realidad, una recreación. Por esto, visionar una cinta de Welles nos da la impresión de un "dejà vu". No hablo de una repetición, sino de algo que estamos viendo y nos resulta familiar y querido (no podemos dejar de mirarlo). Hablo de la historia del cine comprimida en "pepitas de oro", aunque completamente transformada por la creatividad de este cineasta colosal.

    Todo en "La dama de Shanghai" es una pura joyita. Pero, en particular, las escenas del "picnic", del encuentro de los protagonistas en el acuario y la escena final de los espejos. Estas secuencias, amigos míos, ya se encuentran en el olimpo cinematográfico.

    Salucines

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  9. Aunque no es el mejor fim de Welles, sin embargo es mi fvorito, desde que lo descubrí con 14 años. Imagínate como se me quedó grabado en la memoria la escena de los espejos, luego ya en diferentes revisiones me quedaría también hipnotizado con la escena del acuario-que también Woody Allen tomó prestada para Alice (si no me equivoco)- o con los diálogos de los tiburones.

    Hice una entrada basada en la entrevista con Bodganovich donde Welles hablaba del cambio radical del look de Rita H. que no se debe como muchos pensaron en una venganza hacia la actriz. También en lo frustrante del montaje de la escena en la ¿fun house? que hubiera superado a la de los espejos.

    Un abrazo!!!

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  10. @ De Witt
    La escena que comentas es impresionante, no sé que primar, si el simbolismo o la estética visual.El matrimonio Bannister que tiene tantas caras, se enfrenta a todas ellas reflejadas en los múltiples espejos, y las van aniquilando una tras otra hasta dar con la verdadera cara de cada uno, con la intención de destruir al otro antes de ser destruido por él. Claro que sólo les queda por acabar con sus respectivas vidas, porque la convivencia ha arrasado con todo lo que eran: su dignidad su moral su ética....si es que algún día la tuvieron. Mientras tanto O'Hara es el espectador impasible ante la matanza encarnizada.
    Welles consigue plasmar una escena escalofriante, llena de los matices del expresionismo abstracto,y los del film noir en un inigualable blanco y negro.
    Es inevitable recordar la escena de los espejos que hace pocos vimos en estos ciclos, de "Eva al desnudo" y de la que tanto hablamos y analizamos.
    Un saludo y gracias por tu opinión.

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  11. Por cierto, David, lo de Malick fue una premonición, estaba cantado, no? debieron de pensar que quizás con un poco de mala suerte se convierte en su último film, con su edad y el ritmo de trabajo de este hombre, así que era ahora o nunca. Yo, por eso me alegro mucho.

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  12. @ Ricardo
    Respecto a las imperfecciones a las que haces referencia, creo que el mayor defecto está en el guión que sufrió un corta pega en la sala de montaje, dejando muchas lagunas. La historia no está bien hilvanada, tomemos por ejemplo al personaje de Elsa Bannister, es evidente que faltan metros de película que nos expliquen y rematen al personaje, que además da nombre a la película. El espectador tiene que hacer un ejercicio de imaginación e intuición para rellenar las lagunas.
    Parece que el montador ha escogido las escenas más efectistas y las ha colocado en el orden adecuado para el desarrollo de la trama, pero sin untarlas con la argamasa que redondea y hace bueno un guión. Puesto que Welles escribió para el guión una adaptación de 15 páginas, en la sala de montaje no tuvieron un texto que les guiara.
    A pesar de ello coincido contigo en que es casi una obra maestra.
    Gracias por comentar.
    Un saludo

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  13. @ Javi
    Es cierto que la escena de los espejos es impresionante, por eso mismo y por ser la final, se lleva la palma. Le hace sombra a otras que también son espléndidas, como la del museo, o la de la playa con el relato de O’Hara acerca de los tiburones.
    Un saludo y gracias por tu opinión.

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  14. @Patri
    Espero que encuentres ese tiempo que necesitas para verla, apenas unos 86 minutos. Welles debió rodar muchos metros, pero el resultado asustó tanto a Cohn que en la sala de montaje se pasaron con la tijera!
    Gracias por comentar.
    Un saludo

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  15. @ Anro
    No he leído la novela pero supongo que es uno de esos pocos casos en que la película supera al libro. Si se considera a Welles un genio es por su gran capacidad de innovación, en una entrevista con André Bazin, afirmaba que utilizaba recursos que nadie usase, porque si los demás empezaban a utilizarlos él inmediatamente dejaría de hacerlo. Según él el cine era en ese momento, un medio de expresión muy joven, y se creía en la obligación de innovar e investigar. ¡Y desde luego los que seguimos viendo sus pelis se lo agradecemos mucho!
    Gracias por comentar.
    Un saludo.

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  16. @Marcos Callau.
    El matrimonio que duró cuatro años fue tormentoso, y estuvo lleno de separaciones y reencuentros. Parece ser que “La Dama de Shanghai” fue fruto de una de esas reconciliaciones.
    Aunque su bella esposa fuese la gran estrella de la Columbia, Welles no tenía reparo alguno en utilizarla a su modo. Recordemos como la “cortaba en dos” en su “Magic Show”, y como provocó un gran escándalo mediático al invitar a la prensa al momento del corte de la famosa melena pelirroja de “Gilda”. Quizás sí que era algo misógino ¿quién sabe?
    Un saludo

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  17. Soy Susan Lenox, no sé que narices está pasando
    que no puedo enviar comentarios, con mi cuenta de google ni con mi correo habitual, me estoy poniendo muy nerviosa, a ver si alguien puede ayudarme........gracias a tod@s

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  18. De "la dama de Shanghai" siempre me ha impresionado el poder expresionista de sus imagenes, capaces de trascender a lo explícitamente mostrado en pantalla.

    Analicemos la siguiente definición de expresionismo y apliquémosla a la peli de Welles: "El expresionismo suele ser entendido como la deformación de la realidad para expresar de forma más subjetiva la naturaleza y el ser humano, dando primacía a la expresión de los sentimientos más que a la descripción objetiva de la realidad."

    Welles, pintor y coleccionista de arte, impregna "físicamente" a los personajes de su propia psicología (la de éstos y no la de Welles), sentimientos y moralidad (o amoralidad).
    Retratándolos como lo hubieran hecho los artistas de "Die Brucke", "Blau Reiter" o los de la Bauhaus de Weimar.
    -Mr. Bannister: Sus facciones de buitre y su cuerpo deformado, hablan por sí mismas de su mente retorcida, su carácter implacable y carroñero.
    -El detective Sidney Broom: Su cara y sus gestos nos hablan sobre un extorsionador oportunista siempre al acecho, para utilizar la información en su propio beneficio.
    -Mr. Grisby: Sudoroso, con ojos de enajenado y rostro consumido por las pasiones, nos describen a un sujeto peligroso, taimado y resentido.
    -O´Hara: Su fisonomía y sus actos nos hablan de un individuo fuerte, sólido y más dado a la acción que a la reflexión.
    -Elsa: Es un personaje que voluntariamente está menos definido, tanto físicamente como conductualmente. Con ello juega Welles para darle ese carácter misterioso y esa falsa inocencia que ocultan la "fatalidad" de la dama, gracias a lo cual consigue engañar fácilmente a los espectadores y al resto de personajes de la película.

    Estas metáforas visuales y plásticas van más allá en el tercio final de la película (a partir de la huida de Michael del juzgado) y este fresco expresionista se apodera completamente de todos los planos. Asistimos a un espectáculo visual, pleno de simbolismo y de mensajes no verbales que van más allá de la acción que se está desarrollando en pantalla.
    El teatro chino, la casa de la risa y la secuencia de los espejos son capaces de funcionar eficazmente sin sonido o descontextualizados del resto de la trama.
    Y ahí reside parte del irresistible magnetismo de "La dama de Shanghai", la "potencia" del material rodado por Welles prevalece a los terribles "tijeretazos" que sufrió éste en la sala de montaje, gracias a los cuales la trama cae en incoherencias e importantes lagunas de guión. Éstos problemas de articulación de la trama, restan coherencia y veracidad a la misma, pero bajo mi punto de vista, tiene como efecto secundario una potenciación del caracter expresionista (por su propia irrealidad) de lo que Welles plasma en la pantalla.
    Así que ni tan mal.

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  19. Hola soy Susan, no puedo entrar en vuestro blog.

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  20. Hola a todos, la página efectivamente está dando problemas para entrar. Parece que haciendolo con el explorer va mejor que con el mozilla, al menos desde aquí. Espero que blogger resuelva pronto el problema.
    Un saludo camaradas

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  21. @ Fernando
    He aquí lo que escribía André Bazin respecto a “La Dama de Shanghai: “Se podría afirmar que la “La Dama de Shanghai” es, paradójicamente y en proporción a la insignificancia del guión, el film de Welles es el de mayor contenido semántico: al entorpecer la intriga la profundidad de la acción, los temas se nos muestran en su estado más puro. Los temas fundamentalmente morales y que revelan las obsesiones esenciales de la ética de Welles”.
    Tu comentario respecto al “déjà vu” me parece muy acertado y yo atribuiría gran parte de ese efecto a la influencia del expresionismo alemán en el cine. Esa proximidad y familiaridad de la que hablas, están impregnadas del concepto dramático del expresionismo.
    Es evidente que Cohn degradó el resultado final del film, pero al menos le concederemos nuestro agradecimiento por haber elegido esas escenas que comentas y por no haberlas tirado a la papelera (uffff menos mal) porque la pérdida hubiese sido irreparable.
    Gracias por tu juicio tan certero
    Un saludo

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  22. Hola soy Susan, bueno con el problema me olvido
    de la Dama de Sanghai :

    Un guión complejo, cómo toda película de cine negro que se precie, sostenido en ocasiones por finos hilos argumentales, pero servido con la sabiduría de un Welles que de nuevo vuelve a moldear la imagen con un gusto barroco que no deja de atraparnos. La mítica de Hollywood cuenta que Welles estaba buscando dinero para montar una obra de teatro y que decidió llamar al despótico Harry Cohn, dueño de la Columbia, ofreciéndole una película. Cuando Cohn le preguntó sobre el proyecto, Welles le dio el título de una novela barata que había en el kiosco, y de ese material de desecho salió una de las películas más fascinantes del maestro que, en aquel entonces, terminaba su tormentoso matrimonio con Rita Hayworth.
    La mítica Gilda realiza aquí realmente su primer papel de femme fatale. A diferencia del recordado personaje, la maldad de Elsa Bannister no es aparente, sino el único modo de sobrevivir en ese nido de víboras que nos muestran (fascinante la presentación de Rita: Un primer plano de su rostro, fotografiado por la turbia mirada de Charles Lawton Jr, que pica para terminar en el plano de un perro negro, casi diabólico...). Para conseguir esta transformación, Welles da una vuelta más de tuerca, casi una herejía: cortar su famosa cabellera pelirroja (un año antes había hecho la mítica “Gilda” que la había convertido en la sex symbol de los años 40) y teñirla de un rubio platino. Con estos cambios y la mano maestra de su marido, Rita Hayworth hará una interpretación de altura, llena de matices, pero siempre recorrida por una maldad que no la abandona ni en los instantes de amor; pero aún así tan fascinante que quedamos presos del delirio que su presencia provoca. A su lado, Everett Sloane, abogado criminalista y en su debilidad (está tullido), un tiburón de dientes afilados. Ese terceto maléfico se completa con Glenn Anderrs, en una actuación sorprendente, delirante, como hermano de Sloane que teme que llegue el fin del mundo por lo que hace una alucinante oferta a Welles, que interpreta aquí a un marinero irlandés, casi un maestro de ceremonias, pues pese a lo que ha vivido en ningún momento olfatea el peligro que encierra esta historia tan turbia y morbosa.
    La imagen final con que se cierra esta película ha pasado con justicia a la historia del cine al ser una secuencia tan fascinante como compleja en su juego de apariencia y realidad, pero de maldad multiplicada hasta el infinito. Incomprensiblemente, con esta obra maestra Welles iniciará su peregrinaje por Europa para poder realizar el cine que él quería; no volverá a Hollywood hasta diez años después para rodar “Sed de mal”.

    Espero que esto se resuelva pronto, porque parece que no existo,

    Petons

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  23. Si alguien es capaz de aventurar una hipótesis que nos cuente:
    ¿cómo llega Michael a tener la certeza de que la asesina de Grisby es Elsa?
    ¿Por qué Elsa mata a Grisby sin que este haya cumplido su parte liquidando a Bannister?

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  24. @Susan y a TODOS
    Hola Susan lamento los problemas que estás teniendo para escribir tus comentarios, aunque por cierto están realmente inspirados.

    Tocas un punto que creo que tiene especial interés, el de la figura de Elsa como atípica femme fatale, y me gustaría que lo analizasemos ya que se nota por tu comentario que tienes la película reciente.

    Un saludo.

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  25. @Cinexim
    Lamento el retraso al contestarte, pero la página no me lo pone fácil. He leído tu entrada de “La Dama de Shanghai”, y me han resultado muy interesantes los comentarios de Welles respecto a la escena de los espejos. Parece evidente que no planeó así sino mucho mejor, me pregunto que maravilla nos hemos perdido! A medida que nos adentramos en el mundo de Welles se hace más evidente que gran parte de sus creaciones innovadoras se perdieron en las manos de los intereses comerciales y en las de la opinión de un público que no estaba en absoluto preparado para digerir los cambios y las novedades que ofrecía la genialidad de Orson Welles.Por favor déjame el enlace de la entrada a la que te refieres en tu comentario, para leer lo del corte de pelo de Rita….Gracias por tu opinión y enhorabuena por tu entrada.
    Un saludo

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  26. Me gustaría añadir algunas preguntas a las que ya ha presentado David respecto a los fallos del guión: ¿Cuál es ese pasado oscuro de Elsa? ¿Por qué debe mantenerse en secreto?¿Qué relación tiene ella con el barrio Chino de SF? ¿Por qué la conocen todos allí? ¿Porqué todos saben a quién busca y donde está O’Hara?. ¿Y quién me decís de esa repentina complicidad con el chofer chino? Y así muchas cuestiones más que no han quedado resueltas en el guión…
    Un saludo

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  27. Siempre me he preguntado el porqué Welles no hizo que esta película fuera más larga. A veces da la impresión de que las cosas están contadas muy por encima o muy rápidas. Quizás prefirió que la voz en off nos contara las cosas en lugar de las imágenes.

    Creo que al público no le gustó porque en primer lugar, Welles, 'mata y desprecia' al símbolo sexual del momento... pero sobre todo por todas esas preguntas que quedan sin respuesta y que creo que son importantes para conocer a los personajes.

    Mi gran pregunta es: ¿No quiso Welles explicarlo?¿No le dejaron? ¿En la novela se conoce mejor a los personajes?

    Visualmente es genial, pero la historia se queda un poco corta.

    Saludos!

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  28. Welles la hizo más larga, le faltan unos cincuenta minutos que se quedaron en la sala de montaje... casi nada.

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  29. Efectivamente fue Harry Cohn el capo de la Columbia el que mando meter la tijera ante la supuesta falta de comercialidad del montaje que en un principio iba a realizar Welles.
    La encargada de ejecutar el "desmembramiento" fue Viola Lawrence montadora entre otras de "En un lugar solitario", "Llamad a cualquier puerta" o "Salomé".

    Anónimo ¿eres Raquel?

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  30. Resulta que Harry Cohn se enamoró de Rita cuando esta era todavia la esposa de Edward Judson (recordemos que fue el que la tiño de pelirrojo y le cambió el nombre).La actriz nunca correspondió a Cohn, y tras separarse de Judson se casó con Welles. Al parecer Cohn estaba obsesionado con Rita. Supongo que a Cohn no le gustó demasiado que Rita se casara con Welles y que protagonizara la película, (el papel no estaba pensado para Hayworth inicialmente). Así que puede que Cohn tuviera varios motivos para no permitir a Welles realizar el montaje de "La Dama de Shanghai"
    Un saludo

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  31. Me encanta, pedazo obra maestra super infravalorada ( para variar) de Tito Orson, como decía Carmina Ordoñez ;)
    A Rita le pasó como a Ava Gardner , era una actriz más que decente a la que nunca se reconoció como tal. En sus casos pudieron más esas bellezas de otro mundo. La filmografía de Rita es muy interesante, tiene algunas pelis por ahí escondidas que son realmente buenas y luego están las más conocidas, como esta, Gilda, Pal Joey, etc, de las que soy súper fans.

    Por cierto David, estoy liadisima con unos examenes y no se cuando voy a poder hacer lo de las escenas, igual lo hago por partes, porque ponerme a ello de golpe ...imposible! ;)
    Ah, y por cierto, La dama de Shangai es protagonista de una de mis escenas en la que ya había pensado, no puede ser más coincidencia.

    Un beso!

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  32. Aún no he tenido la oportunidad de verla de nuevo, pero de ella me quedaron dos cosas, una vez que pasaron, no sé, pero unos 15 o 20 años: la escena de los espejos, que aparte de ser una maravilla la repiten en reportajes de tv o programas unas cuantas veces al año, y ese ambiente que hay en la primera parte de la película, en el barco, perturbador, misterioso; es como si se mascara la tragedia. Apunta a cine negro del bueno...y ese expresionismo de Orson Welles tan bien reflejado. De eso es de lo que más me acuerdo. Un saludo David y Cris.

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  33. @Lee Van Cleef
    Es cierto que ambas eran demasiado guapas para que las tomaran en serio. Su talento interpretativo se veía eclipsado por su belleza. Además Rita tuvo un alzheimer precoz, y ya en los años cincuenta empezó a tener problemas para memorizar los diálogos de sus personajes. A pesar de ello siguió actuando hasta 1972.
    Un saludo,

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  34. @ Javi.
    Pues tus recuerdos son muy exactos, así es como se podría resumir lo más destacado de la película. Anímate a verla otra vez que merece la pena.
    Un saludo camarada.

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  35. Claro, Cristina; cae pronto. Se me va a juntar con la próxima del ciclo; a no ser que sea Sed de mal que la tengo relativamente fresca. Un abrazo.

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